Pediavoz Noviembre 2016

diciembre 1, 2016

Dengue: ¿en qué vamos?

edito

Como presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), y en conjunto con otros miembros expertos en dengue en América Latina e integrantes de nuestro Comité de Va- cunas de la SCP, hemos venido participando en una iniciativa en la que se evalúa periódicamente la información relacionada con esta enfermedad, como los aspectos clínicos relevantes, su manejo, los datos epidemiológicos y la carga de la enfermedad, así como los avances en su vacunación. Esta iniciativa tiene lugar dentro del marco estratégico de gestión integrada para el control de las arbovirosis, desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Destaco el crecimiento acelerado de esta patología a nivel mundial, siendo actualmente la enfermedad transmitida por vector más prevalente, y por ello quiero compartir con todos los pediatras colombianos los avances y la actualidad al respecto.

En Latinoamérica, en los últimos seis años, se han reportado más de 11 millones de casos y alrededor de 7.000 muertes. Colombia, por su parte, pertenece a los cuatro países que más reporta casos a la OPS: en este mismo periodo se han presentado dos importantes brotes en los años 2010 y 2013, y a pesar de importantes esfuerzos con el n de controlar la enfermedad, en estos tres años se han reportado más de 80.000 casos anuales.

Actualmente, se cuenta con una vacuna que ya ha completado los requerimientos necesarios para su aprobación a nivel regulatorio, contando con registro en 12 países, de los cuales México y Brasil tienen agencias regulatorias de referencia para la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los datos de eficacia, seguridad e impacto de esta vacuna ya han sido revisados por varios grupos de expertos; es así como la OMS, en su reciente publicación, recomienda a los países endémicos la introducción de esta en los programas de vacunación.

La Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) avaló un documento, denominado Inter- national Dengue Initiative, derivado de un consenso de expertos latinoamericanos: infectólogos, pediatras, epidemiólogos, virólogos y profesionales en salud pública, y en el que también han participado miembros de la SCP. Este documento concluye las siguientes recomendaciones:

1. La CYD-TDV es una vacuna que cumple con un per l de seguridad adecuado, e caz para pre- venir el dengue en todas sus formas clínicas, incluyendo la infección asintomática y la causada por todos los serotipos.

2. Entre sus mayores fortalezas está la alta e cacia vacunal para pre- venir el espectro más grave de la enfermedad y la hospitalización.

3. La vacuna contra el dengue ha demostrado un per l de seguridad amplio, sin eventos adversos importantes, y puede aplicarse sin restricción en la población.

4. La introducción de la vacuna en programas públicos de vacunación nacional debe hacerse para aplicación en niños mayores de 9 años, en áreas endémicas.

5. Aún no hay soporte suficiente que respalde la coadministración de la vacuna con otras vacunas del esquema, en la edad en la que está indicada. Sin embargo, algunos estudios no demostraron interferencia alguna.

6. Los países deben evaluar sus datos de incidencias históricas, así como el comportamiento en relación a la circulación de serotipos (más de dos serotipos se relaciona con alta transmisión).

7. Los estudios de seroprevalencia son un parámetro importante y fundamental para la toma de decisiones. El no tenerlos, sin embargo, no debe ser una razón para demorar o diferir la vacuna a poblaciones que la necesiten. La demora en las vacunas es una de las causas de morbilidad y mortalidad.

8. Los factores característicos del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) de cada país, así como la información del costo médico y social del impacto de la vacuna contra el dengue, de- ben seguir siendo estudiados y profundizados.

9. El esquema regular se debe establecer en los grupos etarios de alta incidencia y con más factibilidad, de acuerdo con campañas previas de vacunación.

10. Se deben considerar cohortes extendidas de vacunación, implementadas de forma gradual y de acuerdo a los estudios de costo-efectividad local.

11.El beneficio de la vacuna contra el dengue es su efecto en la reducción de la transmisión, y esta dependerá de las cohortes como de las coberturas vacunales.

12. Deben reforzarse los sistemas de vigilancia, en particular los de centinela, así como los algo- ritmos y métodos diagnósticos para evaluar la efectividad de la vacuna, teniendo en cuenta la existencia del virus del Zika y la fiebre amarilla.

13. En la medida en que se introduzca la vacuna en las regiones endémicas, se podrá tener información de su efectividad total y por dosis, así como de su duración e impacto.

14.Dentro de las estrategias de control se incluyen, como aspectos clave, el control de vectores sostenibles, el cuidado clínico, las mejores prácticas y la vigilancia de la enfermedad.

15.La vacunación es una herramienta más en el control del dengue, para lograr así la diferencia.

16. No hay información sobre la aplicación de la vacuna en embaraza- das ni mujeres lactantes. Su aplicación inadvertida no se asocia con algún problema con el feto.

17. No hay información que permita una recomendación sobre la aplicación en pacientes inmunosuprimidos, incluyendo el virus de la inmunode ciencia humana (VIH).

18. Este grupo continuará evaluando y analizando toda información nueva que sea necesaria, con el n de actualizar este documento.

La SCP, consciente de la importancia de fortalecer la labor del Gobierno Nacional con la aplicación de esta vacuna, respalda la posición adoptada por este grupo de expertos del SLIPE e invita a los profesionales de la salud a tener en cuenta esta nueva alternativa de prevención para el control del dengue.

 

Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez

Presidente SCP

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