“Cuando se trata de una enfermedad, se gana o se pierde; cuando se trata a una persona, les garantizo que siempre se gana, sin importar el resultado”. Esa es una de las frases más recordadas de la
película ‘Patch Adams’, basada en una historia real; la del médico –del mismo nombre- que revolucionó a la comunidad médica al aplicar singulares terapias: hacer reír y proporcionar afecto a los pacientes que sufrían cáncer.
El galeno fue interpretado por el fallecido actor Robin Williams, quien pronunció otras citas como: “No vamos a ser doctores solo con tratar las enfermedades, debemos acercarnos a la gente”. “¿Por qué un doctor no se involucra emocionalmente con el paciente?, ¿qué tiene de malo?”. “Nuestro trabajo es mejorar la calidad de vida, no solo retrasar la muerte”. El personaje argumentaba que los pacientes, al compartir sus sueños y sus fantasías con el ‘payamédico’, no se concentraban en el dolor.
La cinta difundía el mensaje de que la risa es la mejor medicina y fue esa razón la que motivó a un político en Argentina, para presentar un particular proyecto de ley: incorporar la labor del payaso hospitalario en el sistema de salud.
El legislador Rubén Golia, quien representa al partido Frente para la victoria, logró que su idea tuviera sanción definitiva el pasado 13 de mayo y se materializara en la provincia de Buenos Aires –donde ya es obligación que haya un payaso en las unidades pediátricas–. Para eso, dice la ley, el Ejecutivo debe “realizar las adecuaciones necesarias en el presupuesto”.
La ley se justifica en que la hospitalización es traumática y más para los niños, y que esa “situación adversa puede cambiar cuando la lente utilizada es la mirada del clown”. Alude, además, a la “humanización hospitalaria” y a la importancia de que se preste un servicio de salud integral.
¿Colombia tomaría esta decisión? ¿El país tiene su propio Rubén Golia? ¿Están preparados los especialistas del arte de clown de nuestro país? ¿Cree en el poder de la risa como medicina?
La idea la comentan Wilmar Guzmán, director artístico de la Fundación CaliClown Payasos Humanitarios y el pediatra colombiano Juan David Londoño.
Lea sus opiniones y cuéntenos la suya.
Wilmar Guzmán, director artístico de la Fundación CaliClown Payasos Humanitarios:
“Es importante hacer acompañamiento a cualquier persona que está en el hospital porque el trato humano libera las cargas, que, además de ser físicas –por la enfermedad–, también son emocionales; entonces se logra que los pacientes entren en felicidad, paz y armonía. Los niños tienen todo un mundo que les gusta explorar, compartir, y una situación de estas, donde están privados de ese mundo, los hace estar un poco reprimidos, tristes. Un payaso llega al hospital para acompañar a ese niño y llevarlo a ese mundo, y cuando se sienten acompañados, sienten ánimo y alientos para continuar”.
“Ese concepto de “humanización hospitalaria” no sé si en Colombia se aplique mucho. Para mí, “humanización hospitalaria” es no ver al paciente como un enfermo más o una fuente económica para la institución, sino como el anhelo de compartir el conocimiento.
“Creo que es viable en Colombia aplicar la idea de Argentina, solo hay que unirnos más; aunque creo que no sería tan inmediato que se convierta en una ley, ya que conocemos el estado político de nuestro país, donde se da prioridad a otras cosas. Seguro lo conseguiríamos si usamos las redes sociales y los medios para hacer ver esta profesión como una necesidad en los hospitales. El arte de clown es un movimiento mundial que ha ido tomando fuerza gracias a investigaciones en pro de la risa como una terapia para aliviar cargas y curar.
“En este momento, en muchos lugares de nuestro país, la gente no cuenta ni con las mínimas condiciones de salubridad, entonces veo lejano el hecho de que incluyan este asunto en el presupuesto; pero prefiero, como persona que voy a los hospitales, que se invierta en buena salud desde un término humano.
“Ojalá llegue el día en el que a nosotros se nos tenga en cuenta al formar un equipo de trabajo para cierta dependencia de un hospital y podamos recibir honorarios. En Colombia, tenemos un buen nivel de payasos hospitalarios, el trabajo que se realiza es de alta calidad y las personas se han formado en el tema”.
Juan David Londoño, pediatra colombiano:
“Es importante que el niño tenga un ambiente lo menos hostil a la hora de enfrentar una enfermedad, porque eso les genera bastante angustia y estrés, sumado a la angustia que le transmiten los padres. Los niños, por su inocencia, son los más adaptables del mundo, muestran fortaleza, y a los adultos nos llevan años luz en el tema de la aceptación de la realidad: son felices frente a lo que vivan, juegan y se acostumbran al tapabocas, por ejemplo”.
“Si el ambiente se vuelve amigable y alegre, su estado de ánimo va a ser muchísimo mejor. Es un tema que puede llegar a sonar muy poco científico, porque es algo más de las sensaciones y los sentimientos que pueden sentir los niños, pero es una realidad cuando, como adultos, si se está enfermo y deprimido, el cuerpo se puede enfermar más fácil. La parte emocional es vital, es una suma a la terapia clínica o médica.
“Que un país implemente el arte de clown en el sistema de salud demuestra que sí le valen los niños y que se le da importancia al ser del niño, a la inocencia.
“En nuestro país, sin hablar de nombres, se ha deshumanizado la medicina y se ha monetizado el servicio médico, y hay mucha gente que se está desfavoreciendo, incluidos los niños. Ojalá, y a pesar de los detrimentos en todas las entidades, se hicieran cosas buenas por los niños y se dejaran de implementar muchas cosas que no tienen sentido y favorecen a pocos.
“Tengo que decir que hoy no es viable esa iniciativa, cuando se están cerrado camas y servicios de pediatría. Además, creo –por lo que conozco– que aún no están preparados nuestros payasos hospitalarios y deben formarse mejor”.
Tomado de: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/salud/y-que-tal-si-las-unidades-pediatricas-de-colombia-tienen-un-payaso-hospitalario/16358975