El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 incluyó la lucha contra la mutilación genital femenina.
En los últimos ocho meses no se han registrado oficialmente casos de ablación o mutilación genital femenina en las comunidades indígenas del país. Sin embargo, desde abril y julio del año pasado fueron reportados 11 casos de niñas de la comunidad embera de Risaralda, que resultaron afectadas por esta práctica. Cuatro de ellas fallecieron.
La práctica de cortar parte de los genitales de las niñas trae, además de consecuencias emocionales, serios problemas para la salud, concretamente complicaciones urinarias, menstruales, obstétricas e infecciones que pueden llevar incluso a la muerte.
A propósito de la conmemoración del Día Internacional de Tolerancia Cero con la ablación o la mutilación genital femenina, la Defensoría del Pueblo destacó avances en el tema.
Las autoridades departamentales de Risaralda y municipales de Pueblo Rico se comprometieron a desarrollar actividades dirigidas a la erradicación de esta práctica cultural que, según la defensora Delegada para la Población Indígena y las Minorías Étnicas, Patricia Luna Paredes, permitió que en el último semestre no se haya dado a conocer ningún caso de ablación en el país.
Precisamente, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) llamó la atención sobre la necesidad de que se dediquen mayores esfuerzos para la erradicación de la mutilación en Colombia, el único país de América Latina y el Caribe donde se conoce su existencia.
La ablación es practicada, principalmente, por los pueblos embera que se encuentran en 17 departamentos. No obstante, el acuerdo logrado en Risaralda no ha sido extensivo al resto del país.
En esta línea, por primera vez, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, aprobado esta semana por el Conpes y que será radicado en el Congreso de la República, incluyó la lucha contra la mutilación genital femenina.
El Plan Nacional de Desarrollo plantea “garantizar los recursos humanos y financieros para que los pueblos y comunidades indígenas desarrollen procesos de diálogos intergeneracionales, atención y seguimiento de casos de mutilación genital femenina y prácticas nocivas que afectan a las mujeres y niñas de los pueblos indígenas, con el objeto de propiciar su erradicación”.
La responsabilidad, que deberá ser asumida por el Ministerio de Salud, significa un paso muy importante para la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), que rechaza la práctica.
Alberto Wasorna, vocero de la Onic, señala al respecto que “la Comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas hizo una concertación con el Gobierno, durante la que se apoyó la erradicación de este proceso que atenta contra la vida y que es una prioridad”.
La ablación es un problema que afecta la salud y pone en riesgo la vida de unos tres millones de niñas todos los años en el mundo.
Más de 130 millones de mujeres de los 29 países de África y el Oriente Medio han experimentado alguna forma de mutilación en sus genitales.
¿Dónde se encuentran ubicados?
De acuerdo con la Onic, los emberas habitan en el litoral pacífico colombiano y zonas aledañas, aunque también están en Panamá y el noroeste de Ecuador.
En Colombia suman unos 250.000 distribuidos en 17 departamentos, con mayor representación en cuatro del noroeste del país: Chocó, Caldas, Risaralda y Antioquia.
El tema se volvió público cuando en el 2007 hubo una denuncia de la Personería Municipal de Pueblo Rico (Risaralda) por casos de mutilación genital femenina a niñas emberas, que causaron su muerte.