Me gustaría poder decir que los/as niños/as y los adolescentes son la máxima prioridad para la sociedad y el Estado y están protegidos de toda forma de violencia ya sea al interior de las familias, en la comunidad o frente al propio Estado. Por desgracia, no puedo. Por el contrario, me encuentro en la triste condición de decir que al tiempo que hemos avanzado mucho en la preservación de la vida en relación con las enfermedades infectocontagiosas que causaron muchas muertes absolutamente prevenibles, han aumentado de manera alarmante las tasas de muerte por la violencia y los accidentes de tránsito, lo cual se ha transformado en un problema de salud pública.
Desde el punto de vista de los derechos de los/as niños/as y adolescentes, la consideración de los problemas de la delincuencia, la violencia y su impacto en la seguridad ciudadana, se debe hacer dando prioridad a la protección de las personas y no a la defensa del Estado. Por lo tanto, hay que articular los derechos a la vida, la integridad física, a la libertad personal, al debido proceso, protección judicial y la privacidad. Además, es necesario prestar especial atención a las personas en situación de especial vulnerabilidad a la violencia y el crimen, como los/as niños/as y adolescentes, grupos étnicos, inmigrantes, etc. En estas condiciones, estos derechos deben cumplirse de acuerdo a las normas especiales.
Es necesario todavía una mirada más cercana en cuanto a los derechos de los/as niños/as en los debates, especialmente en las políticas de seguridad ciudadana cuando se trata de los/as niños/as pequeños. La primera infancia es muy importante para el desarrollo de los/as niños/as, y las experiencias durante los seis primeros años influencian de por vida. Esta es una etapa que requiere una protección especial y un ambiente seguro, acogedor y propicio para el desarrollo de su potencial. Sin embargo, tanto en los debates sobre la violencia como en los referentes a las políticas de seguridad ciudadana, la primera infancia está ausente.
Más allá de la poca visibilidad social acerca de esta etapa de la vida, las discusiones sobre el tema no se ocupan, por ejemplo, de la relación entre los/as niños/as pequeños y otros niños/as que son sus hermanos/as mayores; o entre los/as niños/as pequeños/as y adolescentes que, en algunos casos, son sus padres y madres.
Una preocupación importante en este caso es la dificultad de hacer visible el impacto de las políticas de seguridad y el crimen en la vida de los/as niños/as y adolescentes en formas complejas.
Por ejemplo, se sabe que el tráfico de drogas afecta cada vez a edades más tempranas, que las víctimas fatales de este flagelo han aumentado en la población infantil y que las redes criminales han puesto foco en el reclutamiento y secuestro de niños y jóvenes, pero se desconoce la dimensión de esta problemática en la primera infancia -sobre todo tomando en cuenta la interrelación de generaciones, como se menciona en el párrafo anterior-. Por otro lado, se ha estudiado el impacto en los jóvenes negros de las políticas de seguridad en el sistema penitenciario, pero queda por ver claramente cómo se ven afectados los niños pequeños que nacen o se crían en las cárceles.
Por tanto, es urgente transformar las actuales políticas de seguridad, en gran parte basadas en conceptos racistas y supuestos militares de la seguridad nacional. Además, es necesario ir más allá del concepto de crimen como una cuestión policial y tratarlo en el marco de la organización de la sociedad y la política pública, consolidar políticas de seguridad que garanticen el derecho a la ciudad e incorporar las demandas y necesidades no legitimadas y posibilitar la participación de los actores silenciados.
Por último, es esencial deconstruir la lógica que asume a los/as niños/as y jóvenes pobres, negros/as e indígenas como criminales/as, concibiendo una mirada más humana y más compleja para sacar a la luz la invisibilidad paralela del crimen organizado y la violencia en el ámbito privado.
En este marco, la publicación Políticas de Segurança e Direitos Humanos: Enfocando a Primeira Infância, Infância e Adolescência es el resultado de la reflexión y el debate, cuyo propósito es precisamente contribuir al progreso de las ideas y políticas en estos temas.