La escritora bogotana María Inés McCormick publica su nuevo libro de literatura infantil.

Los niños de hoy están creciendo inmersos en nuevas estructuras familiares que rompen, en cierto modo, con los cánones tradicionales. Esa es en parte la reflexión central a la que invita la escritora bogotana María Inés McCormick en su nueva obra de literatura infantil y juvenil, ‘Mi abuelo el gruñón’, que acaba de publicar de cara a la próxima Feria del Libro de Bogotá.

La trama aborda la historia de Camila, una niña de 9 años que vive con su madre y su perro hasta el día en que enviuda el abuelo. Esta situación las obligará a acogerlo en su casa, entrando a conformar una nueva estructura familiar. “Acá está presente una realidad de muchos hogares. Pues a uno lo crían con esa imagen de papá, mamá y dos hijos, y la verdad es que con los divorcios, las reconstrucciones familiares, las muertes y los abandonos, la familia de hoy no es un solo modelo. Una familia puede ser una mamá, un abuelo, un niño. O un abuelo, una tía, un hermano”, explica la autora, radicada desde hace varios años en Francia.

Además de las estructuras familiares, la escritora aprovecha para reflexionar, desde la narrativa infantil, sobre otros temas de corte existencial, que a veces los padres no saben cómo abordar con sus hijos.

La historia se inicia con Camila y su primo en el velorio de su abuelita, y allí se ponen el reto de asomarse al ataúd. “Así empieza un poco ese contacto con la idea de la muerte y el duelo en los niños. Pues en muchos casos, la primera muerte cercana, que puede conocer un niño, por simple generación, puede ser la de un abuelo”, dice McCormick.

Este capítulo le permite a ella tocar, a través de diálogos inocentes, esas preguntas que suelen hacerse los niños: ¿cómo será el cielo?, ¿a dónde se irán los muertos?

Como ocurre en muchas familias, cuando toca enfrentar la viudez de uno de los abuelos, llega la obligada reunión de los hijos, que deben decidir qué hacer con ese padre o madre que queda solo. Muchos tienen ya configuradas sus familias o no tienen cupo en su casa y casi siempre alguno de los hijos se ofrece a hacerse cargo de ese ser querido.

“Creo que corresponde mucho a una realidad de gente de mi generación, que estamos empezando a afrontar: por un lado, ser papás de niños pequeños, pero al mismo tiempo tener que hacernos cargo de nuestros padres adultos, que están envejeciendo”, anota la autora, ganadora en el 2008 del Premio de Literatura Infantil y Juvenil Barco de Vapor-Biblioteca Luis Ángel Arango.

A partir de esa reunión de los hijos del viudo, el lector podrá inferir que el abuelo, en efecto, es una persona complicada (gruñón, cascarrabias, insoportable), pero que alguno tendrá que lidiar con él. “Ahí también hablo de las fuerzas de los miembros de las familias, de quién es el mayor o el menor, de quién se la monta al otro, o quién toma las decisiones”, comenta McCormick.
La misma vida

La llegada del abuelo a esta nueva casa invita a una reflexión también sobre la tolerancia y la comprensión entre los miembros de las familias.

En esa línea, el abuelo, al que no le gusta que lo molesten, tendrá que ceder ayudando a su hija a llevar a la nieta al médico o al colegio. Pero, por otro lado, está presente el rechazo de la niña a ese abuelo “gruñón”, que odia a su perrito.

“La historia está llena de muchos detalles de la vida cotidiana, que reflejan lo difícil que suele ser la convivencia”, anota la autora.

Una de las características de la narración es el toque humorístico que le pone su creadora, para convertirla en una divertida historia infantil llena de travesuras y aventuras. Al punto de que la niña, en un momento dado, va a querer deshacerse del abuelo.

“Cómo un niño de 8 o 9 años puede asumir la idea de la venganza –comenta la escritora sobre la trama de la novela–. Además, lo hace a su manera: le esconde al abuelo las cosas, para mostrar que está perdiendo la memoria y que toca internarlo en un asilo. O amenaza con irse de la casa a vivir con el papá”.

El libro surgió a partir de las anécdotas que McCormick recolectó de amigas de su generación, que con humor comentan lo que significa lidiar con algunos padres, o cuando se les pide el favor de hacerse cargo de los nietos. “Y ahora que ellas han leído mi libro, me dicen: ‘así es mi suegro’ o ‘así es mi papá’ ”.

“Yo creo que el libro enseña a que las familias no son perfectas y que a pesar de que los miembros no se aguanten, los lazos familiares y el amor pesan. Yo me acuerdo la frase de mis papás, que me decían: ‘los amigos se escogen, la familia no’. Y si le tocó el viejito gruñón hay que aprender a quererlo o aprender a construir una relación a partir de lo que hay”.

Por eso, a pesar de que cada uno conservará sus personalidades, el abuelo y la niña dan un ejemplo de reconciliación y amor; y hasta el perro regresará a casa.

Los niños y sus problemas existenciales

La escritora apela a su formación como periodista para observar mucho de los aconteceres y de la realidad que circunda a los niños.

“La impresión que tengo es que los niños están muy atentos de todo lo que está pasando, lo interpretan a su manera, pero tal vez no saben dónde organizar la información.

“Y ahí es donde uno tiene que empezar por saber explicarles, a partir de las preguntas que ellos mismos hacen sobre lo que quieren saber.

“Los niños no son bobos, pero también hay algo de la magia en ellos de seguir creyendo en lo fantástico”, anota McCormick, autora también de los libros ‘Historias ovíparas’ (2010), ‘El Mohán’ (2012) y ‘El infiltrado’ (2013).

 

Tomado de: http://www.eltiempo.com/entretenimiento/musica-y-libros/maria-ines-mccormick-publica-libro-mi-abuelo-el-grunon/16546893