Cien colombianitos le piden a la guerrilla cesar sus acciones violentas. Cartas irán a La Habana.
“Ese petróleo mató muchos peces y animales que eran nuestro sustento. Por eso deberían frenar desde ya los atentados a la ecología”. Ese mensaje se lo envió a las Farc, desde Tumaco, una niña de 10 años.
Otra escribió: “A mí me preocupa que en Tumaco y otras veredas no hay agua, porque los peces se están muriendo y nosotros vivimos de la pesca”.
Los párrafos están en las 100 cartas que niños colombianos, todos ellos afectados por el conflicto armado, enviaron por iniciativa de la Unidad de Víctimas a las Farc, con la esperanza de que la razón llegue a los corazones de los violentos.
En poemas, carteleras y cuentos quedaron consignadas las propuestas de paz de los niños, que serán entregadas en la mesa de La Habana. Dos pequeñas estudiantes de uno de los pueblos del Cauca les pidieron así a los guerrilleros que frenen la barbarie: “En vez de balas, queremos valores. En vez de bombas, bombones. Que se vengan los ataques, pero de risa”.
En el colegio Cafam de Bogotá se dio este miércoles el encuentro nacional de niños que han sido víctimas de la violencia, ya sea porque fueron reclutados, desplazados, perdieron a uno de sus padres, hermanos y tíos, o porque viven en zonas de conflicto.
Los mensajes hacen parte de las 100 cartas que niños, afectados por el conflicto armado, enviaron por iniciativa de la Unidad de Víctimas a las Farc. Serán llevadas a la mesa en La Habana. Carlos Ortega/ EL TIEMPO |
En representación de los más de 2 millones de menores de edad que, según las cuentas de la Unidad de Víctimas, han sido tocados por la guerra, los pequeños expresaron todas sus impresiones y dudas sobre el proceso de paz ante el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; la directora de la Unidad de Víctimas, Paula Gaviria, y la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Cristina Plazas.
A Jaramillo le expresaron sus temores por no poder seguir estudiando por culpa de la guerra.
Precisamente una de las propuestas de los niños es que se los deje por fuera de la guerra. “Muchas veces los guerrilleros explotan las estaciones de Policía en nuestras veredas y terminan afectando a los colegios”, dijo Juanita*.
Una de sus amiguitas, de 13 años, agregó: “Cuando en la vereda ponen explosivos, muchas veces lo hacen cerca del colegio. Por eso, la profesora nos manda para la casa. Las Farc nos están destruyendo el derecho a estudiar”.
Frente al reclutamiento forzado, delito por el que ya se han registrado en la Unidad de Víctimas los nombres de 7.706 niños, ellos le dicen que no les viole su derecho a la libertad. “A un amigo del colegio se lo llevaron cuando estábamos en clases, hasta fuimos a buscarlo al bosque con sus papás, pero nunca lo volvimos a ver”, aseguró Pablo*.
Este es uno de los mensajes que realizaron los niños. Carlos Ortega /ELTIEMPO |
El tema del castigo también ocupó las mentes de los niños. Cuando le pidieron a Jessica* que respondieran si creía que los guerrilleros deben ir o no a la cárcel por sus delitos, contestó así: “Cuando uno se equivoca, tiene que pagar algo, como cuando yo hago algo malo y mi mamá me prohíbe salir a jugar. Pero también creo que, si nos ayudan a desminar, si dicen la verdad de lo que hicieron, se les pueden rebajar los años. Yo entiendo que nadie quiere perder su libertad. A mí tampoco me gustaría”.
Con el compromiso de seguir trabajando para fortalecer el proceso de paz, los menores se amarraron en la mano una manilla de diferentes colores a la que denominaron la ‘atrapa-sueños’. “Esta manilla es uno de nuestros símbolos. Porque la paz no es una paloma blanca, la paz es una fiesta llena de colores donde estamos todos invitados a participar”, dijo una de las voceras de los niños.
“Este encuentro de niños, denominado Juguémosle a la Paz, es una manifestación de esperanza. Los niños han demostrado que su mayor reparación es que no haya más niños víctimas”, dijo Paula Gaviria, directora de la Unidad de Víctimas.
Gaviria aseguró que uno de los trabajos que la Unidad viene realizando con los niños es establecer su proyecto de vida. “Van 30.000 niños que han recibido su reparación a través de un encargo fiduciario, dinero que les será entregado para sus proyectos de vida cuando cumplan la mayoría de edad”, afirmó.
Las propuestas de paz
“Puedo contribuir siendo mejor persona. Para la paz se necesita esfuerzo. No se puede uno solo y unidos somos más”.
“Colombia merece la paz”.
“A mí me da hasta ganas de llorar cuando veo a mis compañeros que roban a mis otros compañeros, tenemos que ser más solidarios entre nosotros”.
“Que los dineros que eran invertidos en la guerra o como producto del narcotráfico, una vez finalizado el proceso de negociación de La Habana, se invierta en la educación y en la construcción de zonas culturales en los todos los municipios, especialmente los más afectados por la guerra”.
“Una acción puede ser que el gobierno dice que la cuestión de la paz empieza ya, pero el servicio militar ya debería parar porque si ya viene la paz, qué hace el gobierno para que recluten gente y en vez de eso se hagan escuelas de arte, para que los jóvenes no piensen en la guerra, sino en aportar a la comunidad. De cierta manera se hace propaganda en donde se invita a seguir en la guerra”.
“Se propuso que debía fortalecerse en los colegios la educación para la paz, es decir, que en los colegios no se enseñara solo de matemáticas, ciencias, español, sino también se les enseñara a los jóvenes cómo construir la paz”.
“A veces, vamos con ansia a reclamar por lo que nos pasó, en mi caso por ejemplo, desde que estaba en el vientre de mi madre fui víctima. A ella la sacaron de la casa para matarla. De ahí en adelante pasaron muchas cosas y no la asesinaron porque no era la persona que estaban buscando y luego la volvieron a buscar, y yo tenía un mes de nacido y, en realidad, hasta que tenía unos 13 o 10 años estuve sufriendo en la zona alta de la montaña. Queremos ver que nuestro proceso sea más rápido. No solo es lo económico, también fuimos víctimas psicológicamente y nuestros derechos están ahí y muchos no los conocemos y no sabemos que los derechos los podemos reclamar y exigir”.
“Atribuir responsabilidades a los que les causaron perjuicios a las víctimas, para asegurar que no vuelva a pasar”.
Sobre el perdón
“El perdón debe ser por parte del Estado y de las FARC, ambos actores deben pedir perdón”.
“Que los actores armados pidan perdón públicamente a las víctimas”.
Algunos de los participantes fueron adolescentes que habían sido reclutados siendo niños. Uno de ellos expresó: “Acerca del perdón, para todos no es el perdón, pero para todos no es igual, hay unas cosas muy duras que no es posible perdonar. No creo que todos seamos capaces de perdonar a los que nos hicieron daño, porque hay algunos que pasaron por cosas muy poquitas. En cambio como nosotros tuvimos que durar un poco de tiempo y eso es muy duro por todo lo que nosotros tuvimos que pasar por eso. Ellos no nos van a reconocer como sus víctimas. Ellos tienen un corazón de piedra; no nos van a reconocer”.
Sobre la verdad
“Yo fui víctima del paramilitarismo, mataron a mi padre con la excusa de que él era un guerrillero y se mantenían en eso. Y ellos seguían en su mentira justificando que lo mataron porque era guerrillero, queremos la verdad y nada más que la verdad. Nos victimizan más a punta de mentiras y hundiendo la dignidad de la persona que mataron o masacraron y la de sus familiares. Queremos la verdad de verdad”.
“Esclarecer toda la verdad, que la guerrilla informe dónde están los muertos y desaparecidos”.
Sobre justicia:
“Garantizar el derecho a la justicia, el acceso a la justicia. Castigar a los que hayan cometido graves violaciones a los derechos humanos, penas proporcionales a los delitos cometidos. Cumplimiento de normas internaciones para las violaciones de derechos humanos”.
“Así como yo sufrí no quiero que otras personas sufran”.
“Si sintiéramos el mismo odio que ellos, seríamos ellos”.
Sobre educación:
“La educación es también aprender de nuestra cultura, aprender a relacionarnos bien y estructurar un sistema que contribuya a una dinámica de paz”.
“Los jóvenes quieren conocer los orígenes del conflicto y saber quiénes somos para saber qué queremos. Reconocer historia de Colombia, hace falta educación en la historia de Colombia y todos los procesos sociales”.
Sobre acciones simbólicas
“Se necesitan lugares en donde uno recuerde lo que pasó. Parques y canchas en donde se mataron a las personas, por ejemplo, para recordar las masacres de la mejor manera; para que esos lugares ya no sean de miedo. Que esos lugares tengan un uso y ambientes diferentes”.
“Se trata de transformar los lugares, por ejemplo, hacer jardines, para recordarlo de manera diferente, para recordar de manera agradable, de que fuimos capaces de salir adelante y recordar a las víctimas como personas valientes”.
“Que valga la pena es que sea algo grande, estable, que sea duradero, que permanezca en el tiempo, que uno pase por ahí y uno se sienta orgulloso. Las comunidades deben definir lo que se va a hacer para el reconocimiento, no se debe imponer. Acciones simbólicas de carácter participativo.”
*Nombres cambiados