Se calcula que en Bogotá siete de cada cien niños son víctimas de matoneo; sin embargo, la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), a través de su Centro del Centro de Arbitraje y Conciliación creó desde hace quince años, el programa Hermes para la formación de jóvenes en solución de conflictos y combatir así, desde el sector privado, el ‘bullying’.

A partir de esta iniciativa, la CCB calcula que, con la capacitación que brinda, ha logrado impactar y convertir en líderes positivos aproximadamente a 82.000 niños de los 414 colegios públicos de Bogotá y Cundinamarca donde se implementa el programa.

Para Rafael Bernal, director del Centro de Arbitraje y Conciliación de la CCB, en Hermes los protagonistas son tanto los jóvenes como sus padres y maestros.  Por eso, según las evaluaciones realizadas por la Cámara, el impacto del programa Hermes se extiende a ocho millones de personas.
Esta incidencia se refleja en los testimonios de los estudiantes como Diego Jiménez del Colegio Fe y Alegría, quien se encuentra en décimo grado. Este joven afirma que Hermes le ha enseñado a ser un conciliador, “uno aprende a ponerse en los zapatos de otros y saber cómo llevar cada conflicto”.

Andrés Botía, estudiante de la institución Manuel del Socorro Rodríguez y quien en 2008 ingresó a Hermes, opina que el programa es valioso pues “hoy Colombia debe mirar hacia la conciliación como la solución a muchos de nuestros problemas”.

Los profesores y directivos de las instituciones educativas reconocen que con el programa de la Cámara de Comercio de Bogotá, muchos de sus estudiantes transformaron su actitud, lo cual también permitió que subieran su nivel académico. “Vimos que había que trabajar de manera intensiva en los colegios porque el problema de los empresarios no es sólo ver cuánto ganan sino también cómo pueden incidir en el entorno” dijo Rafael Bernal.

Según Patricia Soto, psicóloga y capacitadora de Hermes, en cada colegio se hace un convenio donde profesionales de las ciencias sociales lideran una serie de talleres en las aulas, en los cuales se enseña a los jóvenes a aprender y a reconocer el conflicto,  y cómo pueden resolverlo de manera pacífica a través de los Métodos Alternativos de Solución de Conflictos. Así, los estudiantes desde el grado noveno ingresan al programa, y luego de año y medio se convierten en mediadores que contribuyen a mejorar el clima en sus colegios.

Patricia Rico, directora de Hermes, dice  que el cambio que genera el programa en los jóvenes se refleja no sólo en la disminución de los casos por matoneo que llegan a coordinación, también en la participación de los estudiantes y en su capacidad para  generar propuestas de convivencia para sus colegios, dado que  en el programa es fundamental el desarrollo de la inteligencia emocional y de las habilidades morales y sociales de cada individuo.

Este programa, que ayuda a las instituciones educativas a gestionar los planes de convivencia y crear una cultura de resolución de los conflictos, ha recibido diversos reconocimientos, en el 2010 la CEPAL lo calificó como la segunda experiencia más importante de innovación social de América Latina y el Caribe. Por esto, la CCB ha sido invitada a exponer este modelo en países como Chile, Perú, Argentina,  México, Venezuela y Haití.

El programa Hermes es un laboratorio permanente en el que cada día se afrontan diferentes retos para la convivencia y, además, según Rafael Bernal este programa es ejemplo de la responsabilidad social de las empresas y cuyos resultados son fundamentales para el escenario de postconflicto que se construye en Colombia.

 

Tomado de: http://www.semana.com/educacion/articulo/matoneo-en-colombia/449315-3