ONU adelanta estudio en Bogotá para detectar claves para solucionar los problemas de la educación.

Por: CAROL MALAVER

8:28 a.m. | 5 de junio de 2014

Foto: Milton Díaz / EL TIEMPO

El profesor Alfredo Sarmiento Gómez, economista experto en educación, lidera un estudio llamado ‘Misión de calidad de la educación para la equidad’, avalado y financiado por la Secretaría de Educación (SED), que por primera vez involucra además de los docentes y las instituciones, a la familia, la empresa y la sociedad en general.

¿De qué se trata el estudio?

Trabajamos hace seis meses con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La meta con este estudio es que, a través de la consulta a padres de familia, docentes, sociedad y hasta empresa, entre otros, se saque a la educación de una meta netamente escolar institucional y se convierta en una meta de la sociedad. También hemos cruzado estudios preexistentes, las encuestas de la ONU de los últimos 12 años, y estamos unificando las cifras regadas en varios organismos. Los encuentros con padres, docentes, sindicato, Distrito y empresarios pueden durar hasta cuatro horas o más.

¿Eso qué tiene que ver con educación de calidad?

Una educación de calidad tiene la capacidad de transformar a una sociedad, cambiando, por ejemplo, esa inequidad reinante en el país. Ese es, de lejos, nuestro principal problema.

¿Qué tipo de preguntas están realizando ustedes?

Le estamos preguntando a la gente cómo cree que la educación ha cambiado sus vidas, por qué no lo ha hecho hasta ahora y qué cree que significa una educación de calidad.

¿Por qué esta vez se quiso incluir a la familia, cuando la culpa se le achacaba solo a la institución?

Si queremos lograr la calidad de la educación, hay que cambiar primero la dinámica familiar, y con esta la de la sociedad. El conocimiento se puede lograr leyéndose cuatro o cinco enciclopedias o consultando Google, pero lo que hay que cambiar es la forma en que nos estamos relacionando, y eso se aprende en la familia.

¿Qué se puede hacer en casa?

No dejar consignados a los niños en los colegios como si fueran mercancía. Los papás se están desentendiendo del asunto. Está medido con estudios que cuando los padres tienen una relación afectiva e intelectual con sus hijos el impacto en su educación es altísimo. El simple hecho de leerle un cuento a un hijo, de comer con ellos, multiplica sus posibilidades de defenderse mejor en la vida, de ser más seguro, de tener un mejor dominio de la palabra, de aprender a relacionarse. La neurociencia explica por qué los primeros efectos en la vida de una persona fijan sus desarrollos y sus posibilidades hacia el futuro.

¿Por eso será que nos fue tan mal en las pruebas Pisa?

Sí. Cuando se les preguntaba a los alumnos por qué les había ido tan mal en matemáticas, decían que no eran buenos, eso es autoestima. Ese problema limita la capacidad de transformar las cosas. La educación de calidad va más allá del conocimiento, es resolver los problemas.

¿Por qué no somos capaces de resolver los problemas?

Según las pruebas Pisa, hace falta resiliencia, que no es otra cosa que entender el problema y darle una solución. Se abandona la causa, cuando la idea es volver a intentarlo. Grave, porque la vida está hecha de conflictos.

¿Desde la escuela, qué modelo de educación funciona?

Experiencias positivas, como la Escuela del Cuerpo o la Fundación Batuta, nos enseñan mucho.

¿Y las concesiones?

Dieron un mensaje importante.

¿Y qué se está hablando con los docentes? ¿Se han dejado evaluar?

Hemos entrevistado a unos 12.000. Han planteado qué es para ellos una educación de calidad. El miedo de ellos es que la evaluación esté ligada con un cambio de salario. Hay que lograr que esta profesión vuelva a ser deseable. La evaluación de ellos debe estar ligada a sus prácticas diarias. Debe existir un seguimiento constante. Obvio: mejores salarios, motivaciones y acompañamiento.

¿Parte de la educación de calidad se lograría con la jornada única?

Más tiempo es mejor que menos tiempo, pero si lo que va a hacer es lo mismo, no sirve para nada. A esto hay que meterle arte, deporte, música, teatro.

¿Y las clases de valores?

Que no todo se vuelva cátedra. Los comportamientos nos son clases, se aprenden del ejemplo de la familia, los amigos, los profesores, los dirigentes, y estos últimos sí que le han dado un mal ejemplo a la sociedad. Miremos las campañas políticas. Uno no se aprende los 210 artículos de la Constitución, uno sí aprende a respetar al otro.

¿Cuándo terminan el estudio para empezar con los cambios?

En noviembre. El cambio comienza cuando usted está descontento con algo, pero hay que saber de ese algo para actuar bien.

Educación superior, en crisis ¿Cómo estamos en educación superior?

¿Qué es lo que más produce la sociedad? Abogados. ¿Y qué está peor? La justicia. Luego, siguen los arquitectos, ¿y qué pasa? Se caen los edificios, no porque no sepan hacer su trabajo, sino por la falta de ética. Eso los lleva a comprar malos materiales. Falta tener mejores profesionales en todo sentido.

¿Cómo estamos en investigación?

Colombia gasta en investigación diez veces menos que Bolivia. No hay derecho.

¿Faltan universidades?

Falta que todo el mundo pueda acceder a la educación superior, que no significar que se les regale, más bien que la puedan pagar. Aquí hay tanta inequidad que la palabra técnico se estigmatizó a ‘profesional de segunda’. En otros, tienen igual o más reconocimiento.

CAROL MALAVER
Redactora de EL TIEMPO
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El profesor Alfredo Sarmiento Gómez, economista experto en educación, lidera un estudio llamado ‘Misión de calidad de la educación para la equidad’, avalado y financiado por la Secretaría de Educación (SED), que por primera vez involucra además de los docentes y las instituciones, a la familia, la empresa y la sociedad en general.

Tomado de: http://www.eltiempo.com/bogota/estudio-para-solucionar-los-problemas-de-la-educacion/14076929