Dengue: ¿en qué vamos?

edito

Como Presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), en conjunto con otros miembros expertos de este tema en América Latina y los integrantes de nuestro Comité de Vacunas de la SCP, hemos venido participando en una iniciativa en la que se evalúan periódicamente la información relacionada con el dengue, los aspectos clínicos relevantes, su manejo, los datos epidemiológicos y la carga de la enfermedad, como los avances en su vacunación. Todo dentro del marco estratégico de gestión integrada para el control de las arbovirosis, desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Destaco el crecimiento acelerado de esta patología a nivel mundial, siendo actualmente la enfermedad transmitida por vector más prevalente, y por ello quiero compartir con todos los pediatras colombianos los avances al respecto y en qué estamos en este momento.

En Latinoamérica, en los últimos seis años, se han reportado más de 11 millones de casos y alrededor de 7 mil muertes. Colombia pertenece a los cuatro países que más reporta a la OPS: en este mismo periodo se han presentado dos importantes brotes en los años 2010 y 2013, y a pesar de importantes esfuerzos con el fin de controlar la enfermedad, en estos tres años se han reportado más de 80 mil casos anuales.

Actualmente, se cuenta con una vacuna que ya ha completado los requerimientos necesarios para su aprobación a nivel regulatorio, contando con registro en 12 países, de los cuales México y Brasil tienen agencias regulatorias de referencia para la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los datos de eficacia, seguridad e impacto de esta vacuna ya han sido revisados por varios grupos de expertos. Es así como la OMS en su reciente publicación, recomienda a los países endémicos la introducción de la misma en los programas de vacunación.

La Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) avaló un documento derivado de un consenso de expertos latinoamericanos: infectólogos, pediatras, epidemiólogos, virólogos y profesionales en salud pública: ‘International Dengue Initiative’. Se trata de un grupo de expertos en el que algunos miembros de la SCP hemos participado. Este documento concluye con las siguientes recomendaciones:

1. La vacuna CYD-TDV es una vacuna que cumple con un perfil de seguridad adecuado y es eficaz para prevenir el dengue en todas sus formas clínicas, incluyendo la infección asintomática y la causada por todos los serotipos.

2. Entre sus mayores fortalezas está la alta eficacia vacunal para prevenir el espectro más grave de la enfermedad y la hospitalización.

3. La vacuna contra el dengue ha demostrado un perfil de seguridad amplio sin eventos adversos importantes y puede aplicarse sin restricción en la población.

4. La introducción de la vacuna en programas públicos de vacunación nacional debe hacerse para aplicación en niños mayores de 9 años, en áreas endémicas.

5. Aún no hay soporte suficiente que respalde la coadministración de la vacuna con otras vacunas del esquema, en la edad en la que está indicada. Sin embargo, algunos estudios no demostraron interferencia alguna.

6. Los países deben evaluar sus datos de incidencias históricas, así como el comportamiento en relación a la circulación de serotipos (más de dos serotipos se relaciona con alta transmisión).

7. Los estudios de seroprevalencia son un parámetro importante y dato fundamental para la toma de decisiones. El no tenerlos, sin embargo, no debe ser una razón para demorar o diferir la vacuna a poblaciones que la necesiten. La demora en las vacunas es una de las causas de morbilidad y mortalidad.

8. Los factores característicos del Programa Ampliado de Inmunizaciones-PAI de cada país, así como la información del costo médico y social del impacto de la vacuna contra el dengue, deben seguir siendo estudiados y profundizados.

9. El esquema regular se debe establecer en los grupos etarios de alta incidencia y con más factibilidad, de acuerdo a previas campañas de vacunación.

10. Se deben considerar cohortes extendidas de vacunación, implementadas de forma gradual y de acuerdo a los estudios de costo-efectividad local.

11. El beneficio de la vacuna contra el dengue es su efecto en la reducción de la transmisión, y esta dependerá de las cohortes como de las coberturas vacunales.

12. Deben reforzarse los sistemas de vigilancia, en particular los de centinela así como los algoritmos y métodos diagnósticos para evaluar la efectividad de la vacuna, teniendo en cuenta la existencia del virus del Zika y la fiebre amarilla.

13. En la medida como se introduzca la vacuna en las regiones endémicas, se podrá tener información de su efectividad total y por dosis, duración e impacto.

14. La estrategia de control incluye el de vectores sostenibles, el cuidado clínico, las mejores prácticas y la vigilancia de la enfermedad como aspectos clave.

15. La vacunación es una herramienta más en el control del dengue, para lograr así la diferencia.

16. No hay información sobre la aplicación de la vacuna en embarazadas ni mujeres lactantes. Su aplicación inadvertida no se asocia a algún problema con el feto.

17. No hay información que permita una recomendación sobre la aplicación en pacientes inmunosuprimidos, incluyendo el VIH.

18. Este grupo continuará evaluando y analizando toda información nueva que sea necesaria, con el fin de actualizar este documento.

La Sociedad Colombiana de Pediatría consciente de la importancia de fortalecer la labor del Gobierno Nacional con la aplicación de esta vacuna, respalda la posición adoptada por este grupo de expertos del SLIPE e invita a los profesionales de la salud a tener en cuenta esta nueva alternativa de prevención para el control del dengue.

 

dr

Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez

Presidente Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP)