Pediavoz Mayo 2017

mayo 18, 2017

Madres, una inspiración para la Sociedad Colombiana de Pediatría

Este editorial lo dedicamos con mucho cariño a todas las mujeres y, en especial, a nuestras pediatras madres, por todo lo que significan en el desarrollo humano del país.

En nombre de la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), gracias por darle vida a tus hijos y por cuidarte como mamá. No descuides tu salud para que puedas estar con ellos el mayor tiempo posible, para que compartas tus conocimientos, para que vivas cada momento a su lado y les enseñes lo mejor de ti. Gracias también por cuidar a nuestros pequeños pacientes, en ese arduo traba- jo como excelentes pediatras, forjando adultos sanos y una sociedad mejor. Revisando un poco la historia, encontramos que las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, en donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Asimismo, los romanos llamaron a esta celebración Hilaria cuando la heredaron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y, durante tres días, se realizaban ofrendas.

Los católicos transformaron estas celebraciones para honrar a la Virgen María, la madre de Jesús. En el santoral católico, el 8 de diciembre se celebra la esta de la Inmaculada Concepción, fecha que los católicos adoptaron para el Día de la Madre.

En Inglaterra, hacia el siglo XVII, tenía lugar un acontecimiento similar, del mismo modo relacionado con la Virgen, que se denominaba Domingo de las Madres. Los niños concurrían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras. Además, como muchas personas, trabajaban para gente acaudalada y no tenían la oportunidad de estar en sus hogares, teniendo ese domingo libre para dedicarlo a sus familias.

En 1870, la poetisa y activista Julia Ward Howe escribió la Proclamación del Día de la Madre, un apasionado llamado a la paz y al desarme. Durante un par de años, empeñó sus esfuerzos en llevar a cabo un congreso de esta naturaleza.

De todos modos, en 1873 mujeres en 18 ciudades estadounidenses realizaron una reunión del Día de la Madre. Boston lo siguió celebrando durante al menos una década más. Al paso de los años, se fueron apagando más festejos. Howe continuó trabajando por otras vías por los derechos de las mujeres y por la Paz.

El 12 de mayo de 1907, dos años después de la muerte de su madre, Ana Jervis quiso conmemorar este fallecimiento y organizó un Día de la Madre para hacerlo. A partir de entonces encabezó una activa campaña que fue extendiéndose a todo el territorio de los Estados Unidos.

Finalmente, siete años después el presidente Woodrow Wilson declaró en el año 1914, el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo en ese país. Así fue gestado el Día Internacional de la Madre, que después fue encontrando eco en otros países que lo adoptaron hasta llegar a la celebración actual.1

Madre es una palabra santa, de amor, de entrega, de lucha, una pa- labra que, además, indica amiga y consejera. Madre es la que está en las buenas y en las menos buenas, pero siempre está. La madre de hoy tiene un doble reto en la sociedad: muchas de nuestras madres son pediatras que no solamente se dedican a su trabajo profesional en el cumplimiento de su deber, sino que además realizan una gran labor con sus familias.

Madre es esa persona que con el dolor del parto nos trae al mundo y que siempre está ahí cuando más la necesitamos, para apoyarnos y corregirnos, si es necesario. Claro que, como hijos, no debemos esperar a que sea Día de la Madres para demostrarles nuestro cariño y afecto, sino que cada día debemos agradecerle a Dios el hecho de que aún tengamos a nuestra madre a nuestro lado y, si no es así, porque ellas nos cuidan desde el más allá.

Todas saben que ser madre no es un título que se adquiere estudiando en la universidad, sino un reconocimiento que se logra con la energía de amar, guiar, cuidar, acompañar y proteger con devoción a los hijos.

Para miles de mujeres, formar una familia y trabajar al mismo tiempo como médicas pediatras significa tener que enfrentar una gran cantidad de dificultades, relacionadas con la in- compatibilidad entre las exigencias de sus hijos y las demandas de su trabajo. No obstante, ustedes hacen milagros con su tiempo y su vida personal para lograr combinar ambas actividades.

Por todo esto y muchas cosas más, sería interminable describir en estas cortas palabras el deseo a nuestras colegas: un muy feliz mes de las madres. De igual forma, queremos solicitar a nuestro Estado colombiano que cumpla con las Leyes y Decretos para la protección de la mujer y de las madres. Una de ellas es el artículo 25.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales”. La protección debida a la maternidad no es un capricho ni una elección aleatoria, sino un derecho fundamental necesario para el correcto desarrollo del niño y para la verdadera realización de la mujer-madre.

Nuestra sociedad colombiana tiene una inmensa deuda con la mujer y, más aún, con nuestras madres pediatras. Debería asegurárseles la libertad plena para elegir el ámbito en el que quieren desarrollarse, ya sea a través de la dedicación exclusiva a su familia, con un puesto de trabajo pediátrico bien remunerado o el servicio desinteresado al bien común, si fuera del caso, pero tal premisa no se cumple.

Son tareas imprescindibles de la sociedad garantizar, respetar y valorar esa libertad de la mujer para elegir. La decisión es crucial para que pueda realizarse y desarrollarse plenamente, y es la piedra angular de la no discriminación y la igualdad, sin tener que frenar su desarrollo profesional y personal.

Finalmente, damos un saludo muy caluroso y una gran felicitación a todas nuestras pediatras mamás. Estamos muy orgullosos de todas ustedes, quienes han tenido el regalo de la vida de experimentar esta hermosa faceta y, por eso, hoy queremos hacerlo público.

El ejemplo que ustedes han dado será el modelo que han de seguir sus hijos, tanto a nivel familiar como laboral y, por ende, gracias a ustedes tendremos un mejor país, donde todos podamos vivir en armonía y felicidad.

¡Felicitaciones y GRACIAS mamás!

 

Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez 

Presidente Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP)